¿Por qué tiene la nutrición especial importancia para aquellas
personas que padecen de la enfermedad de Parkinson (EP)? La nutrición no cura la EP, ni disminuye el avance de la misma; ¿por
qué es importante?
La respuesta es que la EP afecta muchos aspectos de la salud.
Puede reducir el funcionamiento del tracto intestinal y causar estreñimiento,
hacer más lento el vaciamiento del estómago y ocasionar problemas para tragar;
puede dar lugar a la pérdida del sentido del olfato y del gusto. Los medicamentos
utilizados para tratar la EP pueden causar náuseas y pérdida del apetito.
Además, uno de los medicamentos más importantes, la levodopa, deberá competir
con la proteína para poder ser absorbido por el intestino delgado.
Las personas con EP tienen un mayor riesgo de sufrir
desnutrición; sin embargo, si usted presta atención a la dieta, se sentirá
mejor, prevendrá enfermedades relacionadas con la nutrición y evitará la
hospitalización.
¿Cuál constituye una nutrición óptima para las personas con EP? No hay una respuesta sencilla a esta pregunta. La EP afecta a
cada persona de manera diferente; algunos factores que pueden cambiar las
necesidades alimenticias son la edad y el sexo, y si se han diagnosticado otras
condiciones, tales como hipertensión, alergias a ciertos alimentos, diabetes,
etc.
Asimismo, los medicamentos usados pudieran tener una amplia gama
de efectos secundarios que pueden afectar la salud nutricional. Estos incluyen
los medicamentos para tratar las enfermedades cardíacas, tensión arterial y
otras condiciones, así como los medicamentos para la EP, y muchos otros que se
obtienen sin receta médica.
Por tanto, hablaremos sobre algunos de los problemas más
frecuentes, que con el tiempo pudieran llegar a ser tan graves que requieran
hospitalización. Entre estos se encuentran los siguientes:
1. Pérdida de la densidad ósea. Los
estudios han demostrado que tanto los hombres como las mujeres con EP tienen un
mayor riesgo de sufrir pérdida de la densidad ósea. Otra investigación ha
demostrado que la desnutrición, la pérdida de peso no planificada y las caídas
aumentan considerablemente el riesgo de fractura de huesos y de otras
limitaciones físicas. A medida que la EP avanza, aumentan las probabilidades de
que se produzcan caídas. Por tanto, es muy importante que aquellas personas con
EP ingieran alimentos que les proporcionen los nutrientes necesarios para
fortalecer sus huesos, particularmente calcio, magnesio y vitaminas D y K.
También es importante que se expongan al sol regularmente (ya
que este proporciona vitamina D, que fortalece los huesos), y que realicen
ejercicios de soporte de peso, tales como caminar.
Los nutrientes, la luz solar y los ejercicios de soporte de peso
le ayudarán a mantener sus huesos fuertes, así como a prevenir fracturas y una
posible hospitalización.
2. Deshidratación. Los medicamentos para la EP
pueden aumentar el riesgo de deshidratación.
Muchas personas con EP no se dan cuenta de la importancia del
agua para la salud. La deshidratación puede ocasionar confusión, debilidad, problemas
de equilibrio, insuficiencia respiratoria o renal, e incluso la muerte.
3. Estreñimiento. La EP puede hacer más lento el
movimiento del colon y causar estreñimiento. Por ello, es muy importante
incluir suficiente cantidad de fibra en el menú diario.
Si no se trata de manera adecuada, el estreñimiento puede
producir una masa de heces secas y duras, que no podrá evacuarse normalmente.
4. Pérdida de peso no planificada. A
menudo, las personas con EP pierden peso sin proponérselo, debido a síntomas tales
como náuseas, pérdida de apetito, depresión y lentitud del movimiento del colon.
La pérdida de peso no planificada, junto con la desnutrición, pueden dar lugar
a un debilitamiento del sistema inmunológico, pérdida de masa muscular, pérdida
de nutrientes esenciales y riesgo de contraer otras enfermedades.
5. Efectos secundarios de los medicamentos. Los medicamentos desempeñan un papel muy importante en el
control de los síntomas de la EP. Sin embargo, pueden ocasionar efectos secundarios
indeseables en algunas personas. La ingestión de más de un medicamento aumenta las
probabilidades de que se presenten tales efectos, por lo que es buena idea
vigilar cuidadosamente cualquier cambio que se manifieste al comenzar a tomar
nuevos medicamentos.
Además, muchas personas con EP toman medicamentos para otras
condiciones, tales como hipertensión arterial, colesterol alto, etc. Estos
medicamentos también pueden causar efectos secundarios indeseables, o producir
efectos secundarios adictivos.
Algunos efectos secundarios frecuentes de los medicamentos para
la EP son los siguientes:
• Náuseas
• Pérdida de apetito, a menudo seguida de pérdida de peso
• Edema (retención de líquidos en los tejidos)
• Compulsión de comer y aumento de peso
6. Interacción proteína-levodopa. Uno
de los medicamentos más importantes para tratar la EP es la levodopa Sin embargo,
la levodopa deberá competir con las proteínas contenidas en los alimentos para
poder ser absorbida por el intestino delgado, por lo que debe tenerse
precaución con los horarios de las comidas y de administración del medicamento.
La
EP es una enfermedad compleja, que afecta a cada persona de manera diferente.
Aun así, hay muchas necesidades que son similares en la mayoría de las personas
con EP, tales como la necesidad de ingerir fibra dietética, líquidos y
nutrientes.
Necesidades
generales de nutrición
La
Pirámide de los Alimentos se puede adaptar para utilizarse como guía general de
nutrición para las personas con EP. Sin embargo, la pirámide no establece una
distinción entre los granos enteros y los granos refinados, ni entre las
proteínas de origen vegetal y las de origen animal; y sucede que estas
diferencias tienen gran importancia para los pacientes de EP. Los estudios han demostrado
que una dieta alta en fibra con abundantes alimentos de origen vegetal puede mejorar
la absorción de levodopa, aliviar el estreñimiento y proporcionar los
nutrientes más necesarios en la EP. Por tanto, debemos adaptar la Pirámide de
los Alimentos, a fin de obtener las mejores opciones alimentarias para combatir
la EP.
Un
menú diario basado en granos enteros, con abundantes vegetales y frutas,
alimentos ricos en calcio y porciones más pequeñas de alimentos altos en
proteínas, constituye la mejor opción para las personas con EP. Los granos
enteros contienen la fibra que ayuda a controlar el estreñimiento que se
presenta con frecuencia en pacientes de EP, y también contribuyen a controlar
el nivel de azúcar en la sangre, la tensión arterial, el colesterol y las
enfermedades cardíacas.
Los vegetales y las frutas proporcionan los antioxidantes,
fitoquímicos, minerales y vitaminas que nutren y sustentan los músculos, el
sistema nervioso y los órganos del cuerpo. El calcio es particularmente
importante, ya que ayuda a mantener los huesos fuertes, previniendo las fracturas.
Además, la proteína mantiene saludable el sistema muscular; los músculos tonificados
ayudan a mantener el equilibrio y la fuerza.
¿Cuántas porciones diarias debería consumir?
Cada grupo de la pirámide tiene un número mínimo y máximo de
porciones. El grupo de Panes y Granos, por ejemplo, recomienda de seis a once
porciones al día.
Una mujer inactiva o de talla pequeña requiere aproximadamente
seis porciones, mientras que un hombre o una mujer más activa o de talla mayor
requiere más porciones.
¿Cuál es el tamaño de una porción?
Las porciones son pequeñas y fáciles de incorporar a un plan de
alimentación diario. A continuación presentamos algunos ejemplos:
Tamaños de las porciones de la pirámide de alimentos:
Grupo de panes y granos
6-11 porciones diarias
(Elija alimentos de grano entero, con la mayor frecuencia
posible, en lugar de harinas y granos refinados)
1 rebanada de pan
1 onza de cereal listo para comer
1/2 taza de arroz, pasta o cereal cocido
4 galletas de sal pequeñas
2 galletas de sal grandes
1/2 bagel o panecillo inglés
Grupo de vegetales
3-5 porciones diarias
(Elija varias porciones de vegetales de hojas rojas, amarillas,
anaranjadas y verde oscuro a la semana, ya que son particularmente ricos en
antioxidantes)
1/2 taza de vegetales cocidos
1/2 taza de vegetales crudos picados
6 onzas de zumo de vegetales
1 taza de verduras de hojas verdes
Grupo de frutas
2-4 porciones diarias
(Elija varias porciones de cítricos, bayas y cerezas a la semana,
ya que contienen altas cantidades de antioxidantes y bioquímicos protectores)
1 manzana, banana o naranja de tamaño mediano
1/2 taza de cerezas frescas
15 uvas
1/2 taza de puré de manzana
1/4 taza de frutas secas
3/4 taza de jugo de frutas
Grupo de calcio (lácteos)
3 porciones diarias
4 onzas de salmón o sardinas en lata, incluyendo las espinas
2 tazas de berza, acelga o col rizada cocida
2 tazas de alubias cocidas
1 taza de leche o yogur, o una alternativa de leche fortificada
(como “leche” de soya y de arroz fortificada con calcio y vitamina D)
11/2 onza de queso natural
Grupo de proteína (carne)
2-3 porciones diarias
1 taza de lentejas cocidas
2 huevos grandes
2-3 onzas de pescado, o de carne de res o de ave cocida
Grasas, aceites y dulces
Consúmalos con moderación; elija aceites vegetales no hidrogenados
Grasas: mantequilla, margarina, crema agria, mayonesa, aderezo
de ensalada, aceite
Dulces: azúcar, mermelada, miel, sirope, refrescos, postres
¿Es bueno tomar suplementos nutricionales, tales como vitaminas y
minerales?
Tomar un suplemento multivitamínico-mineral es buena idea para
la mayoría de las personas, especialmente a medida que envejecemos. El
metabolismo va perdiendo la capacidad de absorber y de aprovechar las vitaminas
y minerales, por lo que los suplementos pueden ser beneficiosos.
Después de los 50 años, no se recomiendan los suplementos de
hierro, a menos que usted esté anémico. El uso de muchos medicamentos, tales
como diuréticos y anticoagulantes, junto con los suplementos, puede afectar
seriamente su salud. Si usted tiene riesgo de sufrir un accidente
cerebrovascular hemorrágico, no es recomendable que tome suplementos de
vitamina E en dosis altas. Además, algunas enfermedades, tales como la insuficiencia
renal, pueden empeorar debido al uso de suplementos. Consultar a un médico le
ayudará a elegir los suplementos adecuados en las cantidades adecuadas para sus
necesidades específicas. Su farmacéutico puede ayudarle a elegir marcas económicas
de alta calidad.
Inflamación, obsesión por comer y aumento de peso
Algunas personas advierten que, después de comenzar a tomar
medicamentos para tratar la EP, experimentan inflamación abdominal. También
pueden notar que tienen un imperioso deseo de ingerir cantidades excesivas de
alimentos, lo que contribuye a la inflamación abdominal y al aumento de peso.
También pueden presentar edema (retención de líquidos), con frecuencia en los
pies o en la parte inferior de las piernas y, en algunos casos, en la parte superior
del cuerpo.
Usted debe comunicarle a su médico si siente compulsión por
comer. Algunas personas consideran que el asesoramiento tiene efectos
terapéuticos, y que les ayuda a controlar los deseos de comer demasiado.
También deberá avisarle a su médico si tiene edema, ya que este puede ocasionar
tanto aumento de peso como tensión arterial alta.
Si usted sufre de edema, será importante controlar el consumo de
sal y de sodio, ya que esto puede agravar la retención de líquidos en los
tejidos. Consuma también más vegetales y frutas que contengan potasio y otros
minerales que ayuden a eliminar la acumulación de líquidos de los tejidos.
Puede resultar beneficioso levantar las piernas varias veces al día: siéntese
cómodamente, con los pies y las piernas descansando sobre una silla o banqueta
de la misma altura que la silla donde usted está sentado. Esto le ayudará a
drenar los líquidos de los pies y las piernas.
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