Con demasiada frecuencia, las personas con EP pierden peso (a
veces, una cantidad considerable) de forma involuntaria. Hay muchas razones
posibles para que esto suceda.
• La depresión puede causar pérdida del apetito y del deseo de
comer.
• Las dificultades al masticar o tragar pueden impedir que una
persona coma a un ritmo regular; puede tomarle horas terminar de comer.
• Algunas personas tienen dificultad para manejar el cuchillo y
el tenedor.
• Los temblores y la discinesia queman muchas calorías
adicionales.
• En otros casos, las personas con EP informan que tienen buen
apetito, que disfrutan de las comidas y que, aún así, pierden peso de manera
misteriosa.
A menudo, esta pérdida de peso es gradual, y tiene lugar durante
un período de varios años.
En otros casos, la pérdida de peso puede ser repentina, y
producirse durante un período de meses, e incluso semanas.
La pérdida de peso: ¿por qué es
problemática?
La pérdida de peso no planificada nunca debe ser tomada a la
ligera. Los estudios informan que la pérdida de sólo el diez por ciento del
peso máximo en la vida de una persona dentro de sus últimos diez años aumenta
el riesgo de sufrir enfermedades y fracturas óseas, e incluso de morir.
Cuando perdemos peso, la valiosa masa muscular también se
reduce. La pérdida de músculos hace que resulte difícil caminar, mantener el
equilibrio adecuado y realizar las actividades habituales. Además, el cuerpo
comienza a perder nutrientes, tales como las vitaminas y los minerales. Esta
depleción puede ocasionar cambios de conducta, alterar las funciones mentales, deprimir
el sistema inmunológico, debilitar los huesos y crear otras condiciones
indeseables.
Además de estas preocupaciones, necesitamos ingerir alimentos
con regularidad para mantener nuestra energía. Las personas con EP a menudo
experimentan fatiga debido a la enfermedad o a los medicamentos utilizados para
tratarla; la falta de glucosa puede empeorar aún más la fatiga. Los alimentos
proporcionan un flujo estable de glucosa a la sangre, que las células
de nuestro cuerpo utilizan para la nutrición, la energía y el
trabajo. Sin esta glucosa, podemos sentirnos cansados, desganados y apáticos.
Si usted ha perdido peso sin
planificarlo…
Si usted, o alguien a quien usted conoce, ha perdido peso
durante las últimas semanas, deberá informárselo a su médico, y solicitarle que
le refiera a un dietista registrado. ¿Por qué? Porque al momento de diseñar un
programa para aumentar de peso, deben tenerse en cuenta sus medicamentos, sus
informes de laboratorio, sus preferencias alimentarias y cualquier diagnóstico.
Un dietista puede ayudarle a resolver estos problemas, así como a elaborar un
plan alimenticio seguro y personal para recuperar el peso perdido.
¿Qué puedo hacer si no tengo
deseos de comer?
Los medicamentos pueden causar pérdida del apetito. Además, las
personas con EP con frecuencia pierden el sentido del olfato; esto les afecta
el sentido del gusto y, en ocasiones, también el apetito.
Si usted no tiene mucho apetito, un gran plato de comida puede
parecerle desalentador. No se obligue a comer mucho. Usted tendrá que comer un
poco más de lo habitual, pero no todo de una sola vez. En su lugar, planifique
hacer tres comidas pequeñas, e ingerir tres aperitivos nutritivos, o más, al
día. Las comidas deberán oscilar entre 300 y 600 calorías cada una, y los
snacks entre 50 y 300 calorías, de manera que sumen una cantidad de calorías
suficiente para evitar la pérdida de peso.
Si usted ya ha perdido peso, las calorías deberán ser
suficientes para permitirle recuperar el peso perdido.
Tenga como objetivo un aumento de peso gradual.
¿Qué debo hacer si no puedo
terminar de comer a su debido tiempo?
Varias condiciones pueden hacer difícil terminar una comida. En
algunas ocasiones, la bradicinesia (el movimiento lento) dificulta el manejo de
los utensilios o poder cortar la carne.
Una solución pudiera ser elegir alimentos más blandos, tales
como la carne mechada, las sopas y los guisos, en los cuales la carne ha sido
molida o cocida hasta que se ablande, por lo que no es necesario cortarla.
Evite los vegetales crudos y las ensaladas de lechuga, ya que son difíciles de pinchar
con el tenedor para llevarlas a la boca. Los vegetales cocidos, los jugos de
vegetales y las sopas de vegetales pueden ser mejores opciones. Las sopas
hechas puré pueden beberse a sorbos de una taza, sin tener que usar cuchara.
Esto también puede ser de ayuda si le resulta difícil masticar.
Algunas veces me resulta difícil
tragar, o siento que podría ahogarme.
Si le resulta difícil tragar, o si se ahoga, su médico deberá
indicarle una visita a un logopeda. Esto es muy importante, ya que pudiera
existir el peligro de que inhale un alimento. Las partículas de alimentos, los
líquidos, e incluso saliva en los pulmones, pueden causar un tipo de neumonía
llamada “neumonía por aspiración”, que es causa frecuente de hospitalización
entre las
personas con EP. Un logopeda puede hacerle una evaluación de la
deglución para determinar si usted corre peligro de contraer neumonía por
aspiración, y, de ser así, puede enseñarle técnicas de deglución seguras. Le
recomendará que coma alimentos blandos y bien cocidos, o que evite consumir
alimentos tales como mantequillas de nuez y vegetales crudos hasta que pase el peligro
de ahogarse.
Cuando la depresión causa pérdida
de peso
La falta de apetito puede deberse a la depresión, una condición
de tristeza o desesperanza. Por lo general, esta es una condición temporal,
pero, si persiste, su médico pudiera referirle a un psicólogo, o recetarle un
medicamento que le ayude. Es muy importante que usted coma si esto sucede, ya
que la falta de nutrientes puede empeorar su depresión.
Siga las directrices que aparecen en la sección “¿Qué puedo
hacer si no tengo deseos de comer?”
Propóngase ingerir comidas pequeñas con aperitivos frecuentes.
Las comidas y los aperitivos deberán ser lo más nutritivos posible, a fin de
que le provean todos los minerales y vitaminas necesarios para superar la
depresión. También es buena idea tomar una píldora de multivitaminas y minerales;
pídale a su médico o farmacéutico para que le recomiende una.
Tenga a su alcance aquellos alimentos que le gusten más. Es más
fácil comer alimentos que le gusten, que aquellos que no le agraden mucho.
Mantenga pequeños aperitivos donde pueda alcanzarlos fácilmente.
Si usted toma levodopa, los aperitivos con bajo contenido proteico son
particularmente importantes. Un platillo de helado, una taza de chocolate
caliente (hecho con un sustituto de leche de soya o de arroz fortificado, de
ser necesario) y algunas galletas de higo pueden resultarle atrayentes. ¡Es
mejor comer dulces que no
comer nada!
Por lo general, las comidas llamativas y de muchos colores son
más atrayentes; trate de sacar el mayor partido posible a las guarniciones, las
texturas y los sabores. Un ambiente alegre y luminoso, con música suave,
también son favorables.
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