"La calidad de vida de los enfermos de Parkinson ha mejorado mucho"
El neurólogo Miguel Moya participa en las jornadas 'Algo más que un temblor'
M. Valero
jerez
| Actualizado 28.06.2014 - 01:00
El
centro polifuncional Blas Infante acogió ayer la VI jornada provincial
sobre el Parkinson 'Algo más que un temblor', organizada por
asociaciones provinciales -Parkinson Cádiz, Santa Adela de Algeciras,
Bahía de Cádiz de San Fernando, El Puerto, Jerez y Trebujena- y la
Diputación. La jornada estuvo diseñada para que pudieran participar
profesionales de todos los campos de la intervención social y sanitaria,
estudiantes, personas interesadas y organizaciones de pacientes. Una de
las intervenciones más esperadas fue la del neurólogo Miguel Moya,
doctor del hospital Puerta del Mar.
-¿Qué quiere transmitir a las personas que se han dado cita en esta jornada?
-Voy a hacer repaso de la evolución terapéutica de la enfermedad de Parkinson, desde los primeros tratamientos hasta las terapias actuales de cirugía y estimulación de administración continua de fármacos. El Parkinson ha sido, hasta hace poco, la enfermedad neurológica en la que ha habido una mayor revolución terapéutica. Antes, los enfermos eran totalmente dependientes y ahora en tres o cuatro años se le da una calidad de vida más allá de los 15 años. Así que quiero transmitir un mensaje de optimismo.
-En comparación con otras enfermedades, en el caso del Parkinson se ha estudiado desde el primer momento que se le pone nombre a la enfermedad.
-Sí, es una enfermedad bastante conocida, aunque queda muchas cosas por descubrir, como cuál es su origen. Pero sí se sabe con bastante detalle lo que pasa en un cerebro de un enfermo de Parkinson, y eso abre las puertas a terapias e investigación.
-¿Y qué le pasa al cerebro de un paciente de Parkinson?
-Hay una parte en el cerebro, que está en el centro de la cabeza, que es la sustancia negra, que crea una proteína que es la dopamina, y en los enfermos de Parkinson esa sustancia se muere, no se sabe por qué, pero empieza a degenerar hasta que desaparece por completo. La dopamina es una sustancia fundamental para el movimiento de la persona, así que cuando no la hay, empieza el déficit de movimiento, la torpeza, el temblor...
-¿En qué línea van las nuevas terapias?
-El avance del tratamiento ha venido por dos cosas. La primera, la forma de restablecer esa dopamina que falta. Y luego, a medida que se ha ido avanzando, se ha visto que en pasados unos años lleva una serie de complicaciones inherentes al tratamiento. Así que el avance más reciente es cómo combatir esas complicaciones para seguir dando calidad de vida mediante la administración continua de medicamentos, con bombas de infusión continua que van al duodeno o con la cirugía.
-¿La cirugía?
-Sí, con la cirugía se restablece el buen funcionamiento del núcleo subtalámico, que es muy importante y que con el Parkinson funciona mal, y con la intervención mejoran los síntomas.
-Temblores, dificultad en el habla, rigidez...
-Sí, son los tres síntomas principales. La rigidez se percibe a veces como una tensión muscular, como unas agujetas. Son los tres síntomas claves.
-¿Sobre qué edad suele dar la cara esta enfermedad?
-La edad media está entre los 62 y 63, pero sí es verdad de que cada vez estamos viendo más enfermemos que empiezan antes.
-No es la primera vez que escucho que la enfermedad comienza a edades más tempranas. ¿Qué está pasando?
-No está claramente determinado el porqué, pero en toda enfermedad, y más en las neurodegenerativas, siempre hay una conjunción de factores genéticos y ambientales. Muy probablemente estos factores ambientales a los que estamos expuestos estén influyendo en la edad de aparición de los síntomas.
-Un mensaje para pacientes y familiares.
-Pues hay que lanzar un mensaje de optimismo. Ya con lo que hay se ha mejorado muchísimo la calidad de vida. No tiene absolutamente nada que ver un enfermo de hace 15 años que ahora. La familia debe saber eso, que hay posibilidad de que la persona siga siendo ella durante mucho tiempo.
-Entiendo que el trabajo coordinado entre profesionales es fundamental.
-Sí, es fundamental el trabajo diario, el del logopeda, fisioterapia..., todo es el complemento ideal.
-¿Hacen falta más recursos por parte de la Administración?
-Hacen falta más. Creo que son a todas luces insuficientes. Quien se dedica a este tipo de terapias no farmacológicas son las asociaciones de enfermos, que son colectivos si ánimo de lucro. El sistema público aún no tiene esa cobertura, esa capacidad de ofertar esas terapias. Creo que la sanidad, magnífica por otro lado, tiene que complementarse en breve con unos buenos servicios sociales.
-¿Qué quiere transmitir a las personas que se han dado cita en esta jornada?
-Voy a hacer repaso de la evolución terapéutica de la enfermedad de Parkinson, desde los primeros tratamientos hasta las terapias actuales de cirugía y estimulación de administración continua de fármacos. El Parkinson ha sido, hasta hace poco, la enfermedad neurológica en la que ha habido una mayor revolución terapéutica. Antes, los enfermos eran totalmente dependientes y ahora en tres o cuatro años se le da una calidad de vida más allá de los 15 años. Así que quiero transmitir un mensaje de optimismo.
-En comparación con otras enfermedades, en el caso del Parkinson se ha estudiado desde el primer momento que se le pone nombre a la enfermedad.
-Sí, es una enfermedad bastante conocida, aunque queda muchas cosas por descubrir, como cuál es su origen. Pero sí se sabe con bastante detalle lo que pasa en un cerebro de un enfermo de Parkinson, y eso abre las puertas a terapias e investigación.
-¿Y qué le pasa al cerebro de un paciente de Parkinson?
-Hay una parte en el cerebro, que está en el centro de la cabeza, que es la sustancia negra, que crea una proteína que es la dopamina, y en los enfermos de Parkinson esa sustancia se muere, no se sabe por qué, pero empieza a degenerar hasta que desaparece por completo. La dopamina es una sustancia fundamental para el movimiento de la persona, así que cuando no la hay, empieza el déficit de movimiento, la torpeza, el temblor...
-¿En qué línea van las nuevas terapias?
-El avance del tratamiento ha venido por dos cosas. La primera, la forma de restablecer esa dopamina que falta. Y luego, a medida que se ha ido avanzando, se ha visto que en pasados unos años lleva una serie de complicaciones inherentes al tratamiento. Así que el avance más reciente es cómo combatir esas complicaciones para seguir dando calidad de vida mediante la administración continua de medicamentos, con bombas de infusión continua que van al duodeno o con la cirugía.
-¿La cirugía?
-Sí, con la cirugía se restablece el buen funcionamiento del núcleo subtalámico, que es muy importante y que con el Parkinson funciona mal, y con la intervención mejoran los síntomas.
-Temblores, dificultad en el habla, rigidez...
-Sí, son los tres síntomas principales. La rigidez se percibe a veces como una tensión muscular, como unas agujetas. Son los tres síntomas claves.
-¿Sobre qué edad suele dar la cara esta enfermedad?
-La edad media está entre los 62 y 63, pero sí es verdad de que cada vez estamos viendo más enfermemos que empiezan antes.
-No es la primera vez que escucho que la enfermedad comienza a edades más tempranas. ¿Qué está pasando?
-No está claramente determinado el porqué, pero en toda enfermedad, y más en las neurodegenerativas, siempre hay una conjunción de factores genéticos y ambientales. Muy probablemente estos factores ambientales a los que estamos expuestos estén influyendo en la edad de aparición de los síntomas.
-Un mensaje para pacientes y familiares.
-Pues hay que lanzar un mensaje de optimismo. Ya con lo que hay se ha mejorado muchísimo la calidad de vida. No tiene absolutamente nada que ver un enfermo de hace 15 años que ahora. La familia debe saber eso, que hay posibilidad de que la persona siga siendo ella durante mucho tiempo.
-Entiendo que el trabajo coordinado entre profesionales es fundamental.
-Sí, es fundamental el trabajo diario, el del logopeda, fisioterapia..., todo es el complemento ideal.
-¿Hacen falta más recursos por parte de la Administración?
-Hacen falta más. Creo que son a todas luces insuficientes. Quien se dedica a este tipo de terapias no farmacológicas son las asociaciones de enfermos, que son colectivos si ánimo de lucro. El sistema público aún no tiene esa cobertura, esa capacidad de ofertar esas terapias. Creo que la sanidad, magnífica por otro lado, tiene que complementarse en breve con unos buenos servicios sociales.
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